... y llegó abril
con su risa disimulando inviernos,
con los talones manchados de barro,
de tantos charcos, que ha saltado.
Llegó para quedarse;
un mes nada más...
con la maleta llena de hojas frescas.
... y llegó abril
con su olor a lluvia,
aunque no llueva.
Con las pupilas dilatadas,
de tanto mirar las estrellas.
Llegó rezumando poesía,
por los sietes vientos;
arrastrando pétalos y dibujando auroras.
Eva Hernández
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