sábado, 30 de julio de 2016
CONVERSANDO CON EL ESPEJO...
Mirada sensual, hoy de un verde más intenso, mejillas arreboladas, el cabello revuelto... :
Me gustas cuando te dejas llevar, cuando eres mar y tus caderas las olas.
Me gustas como rebelde musa, de labios rojo cereza y falda muy corta.
Me gustas comiéndote la luna a besos, cuando nadie mira y no puede verlo.
Me gustas cuando revuelves en el cajón de los sueños y el primero que pillas lo acunas en tu pecho.
Me gustas cuando eres tú, cuando mi yo, nada tiene que ver con ninguna otra...
... Y así me despido, sobre tus ojos los míos. Como techo, el estrellado cielo, con una ventana que me permita volar bien lejos. Y con los pies pegaditos al suelo... amarre de locos, de vuelo ligero.
Eva Hernández
lunes, 25 de julio de 2016
SUEÑOS
Allí donde plantes el corazón...
Se extenderán tus sueños:
Unos remilgados
Amalgamados por sombras,
Otros abrasadores
Producto de fogatas nocturnas
y cenizas incandescentes.
Los habrá tercos, que no se dejen olvidar fácilmente...
Y luego los fugaces,
(los que más me gustan) me ofrecen su estela, para que me agarre con fuerza...
Volar tras ellos,
buscando una y otra vez el gusto que me dejan en la boca.
Eva Hernández
viernes, 22 de julio de 2016
sábado, 16 de julio de 2016
Ensordecedor;
tambor latente.
De dentro hacia fuera.
Música de guerra
envuelta en latidos.
Las visceras se ahogan
Golpes de sangre
inflaman las venas.
Arremete, exaspera...
Laberinto perdido
donde crece la hiedra.
¡Una salida!
Aullan las entrañas
Borbotones de saliva,
lágrimas...
Un mar de palabras.
Caen los muros,
derribe de puertas.
Eva Hernández
tambor latente.
De dentro hacia fuera.
Música de guerra
envuelta en latidos.
Las visceras se ahogan
Golpes de sangre
inflaman las venas.
Arremete, exaspera...
Laberinto perdido
donde crece la hiedra.
¡Una salida!
Aullan las entrañas
Borbotones de saliva,
lágrimas...
Un mar de palabras.
Caen los muros,
derribe de puertas.
Eva Hernández
lunes, 11 de julio de 2016
REGALO CON ALAS
Mi voz plasmada
Siempre he pensado que no hay mejor regalo que un libro. Pero, ¿Qué ocurre cuándo el libro regalado lleva tu nombre y apellidos, cuándo son tus palabras las que perfuman cada hoja. Cuándo es tu hemanita la que te lo regala, y ves en sus ojos el mismo brillo que en los tuyos, cuándo sientes el mimo y el cariño que ha puesto al hacerlo...????
Espero que las lágrimas, la emoción y los besos... hayan sido capaces de expresar lo que
las palabras en ese momento no pudieron.
Te quiero mucho, mucho, ya lo sabes. Aunque nunca esté de más decirlo... Esti, Raúl, mil gracias... hay regalos con alas, sin ninguna duda, éste es uno de ellos.
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