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viernes, 22 de julio de 2016

Nunca llegó a parecerse al juramento de miradas bajo una noche estrellada...

Nunca llegó a parecerse a la casualidad de la brisa alborotando el corazón...

Nunca llegó a parecerse a lo dibujado en una desnuda pared...

No hubo culpables...
Fue el amor que cambió de dirección.

Eva Hernández


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