Te encontré en el alféizar de la ventana, entre gotas de lluvia y rayos de sol.
La cara empapada de felicidad, el pelo ensortijando dedos que bailan sobre una espalda imaginaria,
Ahora sé que era yo, por donde viajabas...
Orilla y sendero
Oasis, también desierto
Nos faltó tiempo,
o nos sobró vida...
La piel no se vistió para la ocasión
Demasiadas lunas menguantes
Eva Hernández