Un nuevo día se planta ante la ventana,
Apremiando para que le deje pasar.
Helado, desnudo...
aún así, percibo su calor.
Sonrisa franca, aires renovados.
Me invita, le invito...

De soslayo miro las sabanas
"El ayer"  se acaba de esfumar

Eva Hernández

DE ROJO BRILLANTE

De rojo brillante...
¿Duele?
No en la sonrisa.
Ésta también brilla...
más blanca, más pura.
Quiere ocultar, mas no oculta.

De rojo brillante...
Gota tras gota.
Se inunda.
Las manos vacias.
Una palma,
la otra...

De rojo brillante...
¿En el pecho?
Escupe e irrita
El alma teñida...
medio coja y desvalida.

Eva Hernández

DE BALANCE...

Extiendo las alas y alzo el vuelo
Necesito tomar distancia
para mirar más adentro.

Ante mi un hogar rico,
aunque lo que más abunde, no sea el dinero.
Dos pares de ojos me buscan...
Sus brazos se enredan en mi cuerpo.
Ahí mi gran tesoro.

Están los que deben estar;
hago recuento.
Dirijo la mirada al cielo,
también están, me siguen sonriendo.

Hay un rinconcito de risas
con las sillas colocadas...
sin ser invitadas, a veces se sientan las lagrimas.

Se cuela una música,
una hoja y un lápiz.
Por favor que esto tampoco me falte.

Agudizo la vista, para ver más lejos...
... y poco me gusta lo que veo.
Sigue lloviendo;
Y quien tiene los paraguas
no comparte este cielo.

De nuevo bajo al ruedo,
para brindar por un prospero año nuevo.

Eva Hernández