Vistas de página en total

miércoles, 23 de abril de 2014

En una jaula dorada
se halla el alma callada.
La música del momento
los ruidos del silencio...

Un rápido descenso a la oscuridad.
Entre almohadones de plumas
y vestidos de felicidad.

La sangre no acude a la herida...
simulando que así no está.
Congojas y suspiros
viajan escondidos entre risas y bromas.

Late, late más a prisa corazón,
que no te puedan encontrar.

A no ser, que te asomes a su mirada...
A no ser, que a besos una lagrima puedas retirar.
A no ser, que te subas a su sonrisa
y mires la estela que va dejando atrás...

Eva Hernández