Aun conociendo sus tretas... Aun sabiendo de su pata de palo... siempre acabo ignorando al príncipe para bailar con el pirata.
¿Será por el rugido de sus mares,
por su camisa al viento, entonando una sonata?
¿Será por el fuego que invita a fundirse en su mirada...?
Eva Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario