Por fin se evaporaron,
con su traje gris.
Durante años bailaron
en la penumbra de mi habitación.
En tacones,
con mucho maquillaje...
y sin ninguna intención.
Las sombras también partieron...
En el escenario,
sólo queda alguna que otra cicatriz,
huellas casi imperceptibles,
y un ligero aroma a desilusión.
Eva Hernández
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