Inventamos una playa
por el simple gusto de ir a recoger conchas y piedras de colores;
Tú y yo solas,
con olas preñadas de ayeres y mañanas
que siempre nos pertenecerán.
Ahora corremos descalzas,
nuestras huellas son como nuestros besos,
tan efímeros como duraderos...
Cantamos nuestra canción, esa que no tenemos, porque todas son nuestras.
Tú eres música, mi instrumento de viento...
El latido de mi tambor.
Entrelazamos las manos, las pestañas, los tejidos...
La brisa nos alborota las pecas,
la arena se traga los miedos...
Felicidades mi amor
Eva Hernández
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