Días de otoño,
Cuando sacábamos soles de las pestañas.
Cuando el único abrigo era el aleteo no reconocido de pecho a garganta.
Cuando la magia de las manos, hogueras carmesis levantaban...
¿Te acuerdas?
Las tardes se convertían en noches, y las noches en madrugadas...
¿Te acuerdas
de la lluvia sin necesidad de paraguas?
Eva Hernández
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