para que no entrara la mañana.
Le pedí a la luna
que con el sol se escapara.
Sólo tus besos en mi boca
Sólo mis manos...
recorriendo tu espalda.
La oscuridad amiga intima
del perfume de mi almohada.
Sólo los acordes
de nuestra respiración acompasada.
Cerré todas la puertas
para que esta noche no acabara...
Eva Hernández
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