Libre te asomas para luego irte,
una caricia tirada al descuido,
Un preterito con vientos de futuro,
convertido en condicional eterno...
Sombra de colores para no parecer marchita,
o quizás para hacer palidecer los parpados.
Rojos de ausencia,
rojos de frotar "la nada" tan llena...
... Y la no presencia llega a los labios,
pasando por la nariz, sin saltarse las orejas.
Y duele, a la vez que es hermosa;
por salada, por silenciosa...
El aliento a la deriva,
sin puerto, ni boca.
No se posa cuan mariposa;
su néctar se derrocha...
Eva Hernández
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