El miedo a volar levanta muros..
¡Sacrificar las alas por unas cuantas piedras!
El viento se enoja...
te haces la loca.
Son preciosas, aún así, te mantienen anclada.
Reflejan vidas... otras;
murmullos
cotilleos, desengaños...
la fuga de un diente de león,
al cual sólo puedes despedir con lágrimas.
Él tampoco se queda...
Ahora, añoras la niebla,
la que desdibuja el dichoso infinito.
La que oculta planetas
y apaga soles.
Oh, un pequeño pájaro se posa en una de tus preciosas piedras.
Tal vez no sea tarde...
Eva Hernández
Imagen tomada de la red
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