Manantiales del cielo, calan mis alas...
No olvido que vivir pesa.
Pero también soy consciente de que soy yo quien debe manejar ese peso, y aligerar la carga en el preciso momento.
El motor de unas buenas alas no es el sol, ni siquiera el viento...
Es el camino a recorrer hasta llegar a alcanzarlo.
Es la fuerza que se imprime para la conquista.
Dicho esto, feliz sábado... ni mis alas, ni yo, sabemos de nortes, hoy (sólo hoy) dejaremos que el viento nos lleve hacia cualquier rincón de ninguna parte.
Eva Hernández
Imagen tomada de la red
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