Tan amarillo que ciega
No fluye;
palabras secas
arañan si lo intentan...
Cansa el descanso,
el hielo, no hiela.
Sólo la lluvia...
Y su aroma,
Y sus ideas frescas...
¡La lluvia¡
nubes preñadas,
pétalos sin rumbo,
estrofas sueltas...
Eva Hernández
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