Huyo del pirómano
que busca fuegos a los que alimentar.
Me giro ante la tempestad,
al miedo le doy la espalda.
Cambio un ceño fruncido
por una clara mirada.
Acelero el paso
para cruzarme con una sonrisa...
Me abrazo al viento
en su canto de libertad.
En mano de las olas
pongo mi despertar...
Eva Hernández
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